La suplantación digital y el robo de la identidad es una forma de interferir en la vida de los demás. Ya sea en la vida familiar, laboral o personal. Acostumbra a manifestarse mediante perfiles falsos, notoriamente en redes como Instagram y Facebook, en ocasiones creados para molestar, a veces con ánimo de dañar, pero en otras con la intención de estafar.
Un perfil falso, además de distorsionar la imagen que de uno o una puedan tener los demás, desvía audiencia del perfil originario a otro falso, al fake, que emite mensajes diferentes, promociona ideas, opiniones o productos apoyado por la imagen del suplantado, que puede padecer ataques por posicionamientos falsos o por la atribución de delitos de terceros.
Combatir la suplantación es combatir la interferencia, agrupar los seguidores en el lugar correcto y centralizar la orientación de la comunicación. En definitiva, tomar el control digital de la propia imagen.
En un estudio realizado por IDN.tt, desvelamos que un conocido Club de Fútbol soportaba mas de 3600 cuentas suplantadas o irregulares de su primer y segundo equipo de futbol, baloncesto y otras disciplinas, incluidos sus directivos. Generaban un total aproximado de 36 millones de seguidores en redes sociales, personas que seguían perfiles falsos en lugar de los originarios. 26, 2 millones en Facebook, 5,6 en Instagram y 4,3 en Twitter, una autentica sangría del alcance y potencial reales de los activos del club.
En otra ocasión, una chica joven, novia de un conocido futbolista, acudió a IDN.tt exponiendo la existencia de dos perfiles en Instagram que suplantaban su identidad.
Se trataba de perfiles falsos que utilizaban un nombre muy parecido al de la chica, sus propias fotografías personales y se la vinculaba con una agencia de lujo de chicas de compañía. Procedimos inmediatamente a la certificación de los perfiles apócrifos y a su posterior regulación y eliminación permanente, mientras los abogados valoraban la oportunidad de denunciar los hechos.