Reputación digital y cierre de crédito bancario

En 1912 le preguntaron a J.P. Morgan si la riqueza era el factor más determinante para prestar dinero a un potencial cliente. Su respuesta fue: “No señor, el factor más importante es su reputación… un hombre en quien no confío no obtendría dinero de mí ni con toda la riqueza de la cristiandad”.

Han pasado más de 100 años desde esa aseveración, pero en la era digital en la que vivimos, nuestra reputación, que alcanza en Internet su eco más potente, sigue teniendo un impacto muy significativo en diferentes aspectos de nuestra vida, incluyendo nuestro crédito bancario. La reputación digital se refiere a la forma en que somos mostrados y percibidos en línea, y puede ser influenciada por nuestras actividades en redes sociales, nuestras publicaciones en blogs y foros, y cualquier otro tipo de contenido que compartamos nosotros o terceros, entre ellos, de forma destacada, los medios de comunicación.

En el pasado, los bancos y otras instituciones financieras se basaban principalmente en la información crediticia tradicional, como el historial de pagos y la solvencia financiera, para determinar la elegibilidad de un individuo para un préstamo o una línea de crédito. Sin embargo, en la actualidad, muchos prestamistas también tienen en cuenta la reputación digital de un solicitante antes de tomar una decisión de préstamo. El BBVA, en una publicación de 2018, ya atendía a este criterio de ponderación financiera: “Analizar la solvencia de una persona en función de qué hace en las redes sociales ya está aumentando el acceso al crédito en las economías emergentes. En los países más desarrollados, ayuda a las entidades financieras a afinar mejor a quién prestar dinero”. Pentaquark Consulting, una consultora destacada en el ámbito digital apunta “Tenemos comprobado que la gente que escribe mucho sobre el alma en redes sociales tiene niveles de morosidad altos. Están pendientes de lo que ocurra dentro de treinta años, pero no en la letra pequeña del día a día”. Pueden parecer sorprendentes afirmaciones, pero son el pan nuestro de cada día que debemos tener en cuenta cada vez que nos enfrentamos a una solicitud de crédito.

Una buena reputación digital puede ser un activo valioso para cualquier persona que busque un préstamo o una línea de crédito. Los bancos y otras instituciones financieras pueden usar herramientas de análisis online para evaluar la reputación digital de un solicitante, incluyendo su presencia y su actividad en redes sociales. José García Montalvo, Catedrático de Economía (UPF), describía en un artículo publicado en La Vanguardia cómo la fintech Neo Finance utilizaba el número y la calidad de las conexiones en LinkedIn del solicitante con los trabajadores de su empresa para predecir la estabilidad en el empleo y los ingresos futuros, y no sólo eso, sino también cómo rastreaba los contactos del solicitante con ejecutivos de otras empresas para calcular la probabilidad de que, si perdiera el empleo, obtuviera otro en poco tiempo. Kreditech, un jugador destacado en los préstamos online participado por el gigante Rakuten, también utiliza Facebook. En este caso los demandantes cuyos amigos parecen tener mejores trabajos o viven en mejores barrios tienen mayor probabilidad de obtener un crédito. La empresa señala que su algoritmo de machine learning tiene un tiempo medio de resolución de una solicitud de 8 segundos y pasan menos de seis minutos hasta recibir el dinero.

En definitiva, una buena reputación digital puede demostrar que una persona es confiable y responsable, lo que puede aumentar su probabilidad de obtener un préstamo o una línea de crédito.

Por otro lado, una mala reputación digital puede tener un impacto negativo en la capacidad de una persona para obtener un préstamo o una línea de crédito. Si un banco o una institución financiera encuentra contenido inapropiado o controvertido online asociado con un solicitante, pueden considerar que esa persona es un riesgo demasiado alto para otorgar un préstamo o una línea de crédito. En IDN.tt nos hemos enfrentado en no pocas ocasiones a ese escenario. Un conocido empresario hotelero vio cortadas todas sus líneas de financiación por haber visto publicado su nombre en medios de comunicación en una causa en la que acababa de ser imputado sin que la instrucción de su proceso judicial haya determinado la más mínima pista de culpabilidad alguna. Una figura relevante del estamento deportivo también se ha enfrentado a un calvario y cerrazón financieros por ver su nombre en los medios manchado de acusaciones que ninguna sentencia ha conseguido determinar. Son ejemplos ciegos de las terribles consecuencias que una mención negativa, en ocasiones del todo gratuita, en cualquier periódico, en cualquier soporte digital, puede acarrear para quien en el frente bancario siempre ha respondido, solvente y diligentemente, de sus obligaciones y para quienes la única solución es encomendarse a empresas como IDN.tt con el objetivo, amparado en la legalidad de las herramientas que utiliza, de borrar y eliminar cualquier rastro de la red que permita a bancos y entidades financieras engrosar la información potencialmente perjudicial para sus intereses que manejan y acumulan sus servicios centrales y que pueden determinar el cierre del grifo financiero en el que en parte sustentaban el normal desarrollo de sus negocios.

En resumen, la reputación digital es un factor cada vez más importante en la determinación del crédito bancario. Los individuos y las empresas deben ser conscientes de la forma en que su presencia en línea puede afectar su elegibilidad para préstamos y líneas de crédito, y deben asegurarse de mantener una presencia en línea positiva y profesional. Además, los bancos y demás instituciones financieras deberían garantizar el uso herramientas de análisis en línea de manera responsable y justa, y, cuando esto no sucede, el recurso a empresas como IDN.tt es la única solución para que una reputación que haya sido dañada deje de ser un obstáculo para la continuidad de un negocio en igualdad de armas con otros operadores y competidores para quienes el gran escaparate que es Internet deparó mejor fortuna.

Marina Doria, Directora de operaciones

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